miércoles, septiembre 13, 2006

Reloj de pena

Otro día ha acabado. Otro día se esfuma. El espectro diurno abandona su insaciable calor que se tranforma en gotas de lluvia. Mientras te despiertas, preparas el cafecito del desayuno, lees el periódico, trabajas y regresas a casa, otro día pasa altanero, con la frente en alto, sin prisas ni retrasos. ¡Cuán cegadora puede llegar a ser la rutina!

¿Estás satisfecho con lo que has hecho el día de hoy? ¿Realizaste todo lo que tenías planificado, fue tu día realmente productivo? ¿Ha pasado algo el día de hoy que justifique el uso del oxígeno? Si las respuestas son negativas... piensa dos veces antes de darle seguimiento a tu patética existencia.

Jamás dejes que pase un día de tu vida sin haber echo algo de importancia.

No existe ningún amigo más cruel que el tiempo.

Andrea Grimaldi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo triste es que el tiempo pase sobre ti, y no pasar tu sobre el...