lunes, abril 18, 2011

Puerta

Hay puertas grandes y pesadas que les gusta ser barnizadas sobre su propia podredumbre. Prefieren crecer oscuras, deformes, pero con los bordes finos. Prefieren también estar cerradas, porque nacen abiertas y en general, las talla la rebeldía. Además son pretenciosas, y entre más barniz desfilan, más lenta y silenciosamente se cierran. Su edad no les impide tener sus bisagras bien cuidadas.

Y se van cerrando. Se cierran tan lenta y silenciosamente que las personas comunes -o poco observadoras o indiferentes, que es lo mismo- no lo notan. Y es hasta que llevan ya una bonita inercia que las bisagras chillan para anunciar su victoria: es ahí cuando quizá, con mucho esfuerzo, es posible mantenerlas abiertas. Ah, pero es difícil ya. Tanta capa de barniz pútrido han hecho a estas puertas bastante pesadas. Se requiere de acciones drásticas que las personas ya conocen, pero que el tiempo a estas alturas ha difuminado, o el orgullo apaciguado. El orgullo: el que lacera, el que grita, el que derrumba.

Yo tengo una de esas puertas. Está cerrándose y no soy capaz de abrirla sola. Y una vez que se cierre, abrirla será prácticamente imposible.

3 comentarios:

P3d40 dijo...

A veces necesitamos de alguien mas para mantener la puerta abierta. Lo bueno es que si la puerta se cierra, en algun lugar tiene que haber una llave que la pueda abrir, al menos eso me gusta pensar

Andrea Grimaldi dijo...

A mi también me gusta pensar eso. Lo definitivamente difícil es encontrarla, pero nada que en verdad importe es fácil, ¿no?

Unknown dijo...

Las puertas graficando literalmente "las oportunidades"... Si eres lo suficientemente inteligente u observador te das cuenta a tiempo de esas puertas que estan abiertas de par en par en tu camino, y es tu propia decisión entrar o no... Una increible interpretación y comparación con un objeto con el que nos topamos cotidianamente. Me encantan tus escritos! :D