domingo, octubre 01, 2006

A ti

Te escribo no por responderte, ni por esbozar alguna triste disculpa desde la ingrata y extraña lejanía. Te escribo más bien porque mi reloj se desangró hace ya algún tiempo y porque en la escala ausente en la que vivo funciona mi mente y mi razonamiento. Quiero que sepas que he aprendido mucho durante mi ausencia. Resonaron tus palabras como susurro en el ciberespacio, en mi cabeza, justo antes de huir hacia aquel inexistente intento de representar un país al que no amo. No te extraño, sería imposible. Pero mi reloj, que lejos de apoyarse en mi muñeca se sostiene aún por pensamientos soterrados, charla conmigo cada uno de los segundos. Resuenan sus doloros pasos, en el calvario infinito del tiempo. Tus palabras solo hicieron su carga más pesada y su entierro más profundo. Te escribo porque te extrañaré y porque así como es efímera e invisible la comunicación que hasta ahora hemos tenido, es pesada y dolorosa la carga de la sangre de mi reloj. No, tampoco te extraño. Pero cuando te vea, te extrañaré el resto de mi tiempo.

Andrea.

3 comentarios:

Paolo Grimaldi dijo...

Bueno, primero debes saber que no fuiste tú el fruto de mi enojo melancólico. A ti te extraño aún más y pienso en ti constantemente, no sólo en noches de insomnio. Por ti aunque no te vea siento un profundo orgullo de que andés por ahí bajo el cielo de esta bella Guatemala enalteciendo nuestra sangre y pueda imaginar tus andares y tus hazañas. De ti siento un enorme privelegio cuando me escribes, como no mereciendo tal fineza. Tu más que nadie se merece que la extrañe.
Prueba de todo esto que te digo, es que leiste mi post.
Te quiere
Tu Hermano

Anónimo dijo...

q lindo esta este...

Anónimo dijo...

ohhh q bochorno...